La eternidad es solo un instante, lo suficientemente largo para entregarte mi corazon en un gesto, un abrazo, una mirada, una sonrisa.
Ahora depende de ti devolverme ese instante y esperar y recibir de mi, de nuevo otro instante, de manera q empecemos a construir y llenar nuestras vidas de pequeñas alegrias compartidas en la eternidad.
Porque sabes una cosa, eso q podríamos empezar a llamar amor no tiene tiempo, ni razones, ni forma. Tampoco se lo nombra para no cansarlo ni desgastarlo.
Al amor, no se lo espera, ni se lo busca, se lo entrega.
En un instante. . .
domingo, 8 de marzo de 2009
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