sábado, 17 de enero de 2009

Hoy desperté sin piernas

Mi papá nació en Palestina y mi mamá en Israel. Hoy desperté de nuevo en una casa q no es mi casa. Amanecí sin mis piernas. No le he dicho nada al médico, pero he estado pensando q mis piernas las tomaron prestadas para q el Mesías nazca con unas piernas de seis años. Mis piernas son fuertes, y cuando me las devuelvan iré a jugar fútbol a un país de occidente. Mi papá vivió en ese país cuando era muy joven, aprendió, y me enseñó a jugar fútbol. Mis piernas son fuertes y quiero ser una estrella de ese deporte, pero no debo decir nada aquí.
No veo por mi ojo izquierdo, ni oigo por un oído, pero ya no me duelen. He pensado q también tomaron prestados mi ojo y mi oído para q el Mesías oiga bien y pueda ver el camino para nacer en mi casa. Me gusta la música y la disfruto mucho. Cantaré mucho siempre, para q el Mesías me oiga y sepa donde vivo.

Hoy, de nuevo amanecí sin mis piernas y fuera de mi casa. Pregunté por mis padres y mis hermanas. Un señor me dijo q mamá, papá, y mis dos hermanitas están durmiendo con el permiso de Alá, y q ya no tengo casa, ni tengo vecinos. Me puse triste porque si no tengo casa el Mesías nacerá en otra parte.
Ahora estoy viviendo con muchos niños, mujeres y hombres. Algunos se quejan, lloran, o gritan. Parece q esta gran casa es para q vivamos, mientras nos mejoramos, personas a quienes les tomaron algo prestado. Me pregunto para q el Mesías necesita tantas piernas, brazos, ojos, oídos, y manos. También me pregunto por q Alá pone a dormir a tanta gente. Debe ser q necesita gente q duerma y esté descansada para cuando llegue el Mesías.

Hoy amanecí otra vez sin mis piernas, extrañando a mi mamá hablándome del Yon Kippur. También extraño a papá hablando del Ramadán. Los dos me decían q el Ramadán y el Yon Kippur se abrazaban para, a su vez, abrazarnos a todos en casa. Anoche soñé q papá regresaba de la Mezquita, y mamá regresaba de la Sinagoga, y q ambos se encontraban en el camino con nosotros, sus hijos.

Sólo tengo seis años y sé q puedo esperar para jugar fútbol, pero ya me estoy aburriendo de no tener piernas. Ojalá q me las den pronto, junto con mi ojo y mi oído, para poder jugar y ser estrella de fútbol en ese país
de occidente q mi papá me ha nombrado.

Hoy amanecí otra vez sin piernas. Hablé con un niño q no tiene brazos y es más grande q yo. Me dijo el niño q mis piernas y mi casa se las llevó la guerra, y q mis padres y mis hermanitas duermen con la muerte. Yo me puse a llorar porque si no tengo casa no podré esperar al Mesías. Y lloro mucho porque nunca seré jugador de fútbol, no volveré a tener piernas, ni volveré a ver a mis padres ni a mis hermanitas...

No hay comentarios: