Unos brazos o unas imprescindibles alas
bastan , para tener voluntad y querer ¡volar!
cuando ,el amor infinito se extiende,
por las cosas sencillas q nos rodean.
El aire puro como las burbujas de mar,
el sol barniz eterno pintando la piel,
en un paisaje del color del nogal.
¡Las noches, claras e iluminadas,
un millar de estrellas alumbrando
montañas , cielos ,valles y mar...son
los senderos donde tenemos q ¡volar!
A veces, se nos pierde la brújula,
en los espejos de las distancias
pero, al mirar hacia el azul del cielo,
a la sonriente luna q feliz canta.
Una dulce sinfonía plácida de silencio.
Blanquea, los mustios y escasos arboles,
y nos envía un guiño cómplice, certero
expresión plateada, bella, contagiosa.
Y nos coloca nuevamente los brazos
o las imprescindibles alas,
para volver y continuar por el sendero.
¡Sin dar por ningún motivo, vuelta, atrás!...
viernes, 28 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario