Se me ocurre besarte el aliento
como tal vez nunca llegue a hacer.
Se me antoja acariciar tu alma
con el delicado andar de las letras.
Deja q empape tu piel con mis palabras,
despertando con ellas la epidermis de tu cuerpo.
Permíteme untar tus sentidos
con la saliva espesa de mi musa.
Déjame cabalgar sin descanso
en cada latido de tu corazón enamorado.
Para luego bajar hasta el centro de tu ser,
y delicadamente soplar mis poemas...
martes, 28 de octubre de 2008
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