A solas y conmigo
busco el cálido viento,
en la risa de los niños
aprendiendo, el lenguaje
del mundo y sus ventanas.
¡Sin aceptar, los rostros
disfrazados con mascaras!
A solas y conmigo
abrigo a mi alma, que
no puede comprender,
porque sigue desnuda,
como una fruta abierta.
viernes, 15 de agosto de 2008
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