Llueve de nuevo la sed
al abrir el calendario
por donde se sucederán
los días, los atardeceres,
y por las noches la nostalgia
de un modo diferente
al que fuera en otro tiempo.
Y envejeciendo instante a instante
Te recuerdo
y te vuelvo
a vivir, a mi manera, en este espacio
tan cierto y tan extraño de presente.
Llueve la sed por mi alma
como antaño, como siempre,
sin caducidad, sin límite,
irremediablemente innata
a mi presencia libertaria
y a tu presencia en el vacío
pletórico del aire.
Y renaciendo instante a instante
te recuerdo.
Te recuerdo
y así vuelvo
a morir, a mi manera, en este espacio
tan cierto y tan extraño del silencio.
martes, 29 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario